Subido el 29 de Diciembre de 2016

Título del libro: Cosmos (continuación)

Haz click aqui para empezar desde el principio

volver al contenido

Capítulo 10: El universo primitivo

El universo es muy antiguo, muchas cosas pueden suceder en 13 mil 850 millones de años. Gracias a que la luz tiene un límite de velocidad, podemos mirar atrás en el tiempo y llegar a la conclusión que el universo se está expandiendo. También podemos darnos cuenta que cientos de millones de años atrás, el universo era mucho más caliente y luminoso de lo que es hoy. Una de las razones por las que creemos esto es por el brillo de los cuásares. ¡Los cuásares están lejísimos! Recordemos que el más cercano está a 2 mil 300 millones de años-luz. Comparemos esto con la galaxia de andrómeda la cual está a 2.5 millones de años-luz. Y sin embargo la luz de los cuásares todavía se ven bastante fuerte desde aquí. Hemos calculado que para que su luz todavía tenga esta luminosidad después de ese largo viaje, su luminosidad real debe ser (o debió ser) tan brillante como mil supernovas explotando de un solo tiro. También se sospecha que los cuásares son las explosiones que formaron las primeras galaxias.

Obviamente hay mucho que no sabemos con certeza, pero nuestro aprendizaje es exponencial, y las respuestas poco a poco se van revelando gracias a la ciencia y la observación.

volver al contenido

Capítulo 11: Los replicadores

En medio de este universo tan enorme, es muy común hacernos esta pregunta: ¿Será que estamos solos? Y esto desenvuelve muchas otras preguntas como: ¿Cómo llegamos a ser lo que somos? Para responder la primera solo se necesita una palabra, sí o no (aunque no la sabemos). Pero para responder la segunda se necesita una respuesta mucho más compleja. ¿Cómo llegamos a ser lo que somos?

La principal razón por la cual hemos llegado a ser tan complejos como lo somos hoy en día, es nuestra capacidad de transmitir información. Esto es hecho mediante el ADN.

Cuando un ser vivo crea un descendiente, toda la información necesaria para formar otro organismo de la misma clase es transmitida. A esto se le llama reproducción, y todos los seres vivos existimos gracias a este proceso. Pero vale la pena resaltar que este proceso no es perfecto, pequeños errores puede ocurrir—a veces por exposicion a radiacion, o por simples errores durante la replicación. A estos errores se les llama mutaciones, y si la información (ligeramente errada) de estas mutaciones es transmitida a futuras generaciones, con el pasar de millones de generaciones pueden convertir a un pez en un reptil. Esta es la base de la evolución, y aunque suena raro es el resultado de errores. Errores muy sutiles cometidos cada dos o tres generaciones—que sumados a través de los eones han hecho todas y cada una de las criaturas en la Tierra.

La anatomía de nuestro cerebro es evidencia clara de la evolución. El complejo‑R, en la base de nuestro cerebro, aveces llamado cerebro reptiliano, y es responsable de nuestros instintos más primitivos como la agresividad, la territorialidad, y la tendencia a formar jerarquías sociales. Una estructura cerebral muy similar se encuentra hoy en día en reptiles comunes, y al parecer evolucionó unos cientos de millones de años atrás en los cráneos de nuestros ancestros reptilianos. Rodeando nuestro complejo‑R se encuentra el sistema Límbico, el cual parece haber evolucionado hace decenas de millones de años. Este sistema Límbico es la fuente de nuestro humor y nuestras emociones—de nuestra preocupación por nuestros niños y nuestro cariño. Luego, rodeando todo esto, se encuentra la corteza cerebral (encontrada solo en algunos mamíferos). Entonces, si miramos con cuidado, nuestro cerebro es una línea de tiempo—moldeada por la evolución y construida sobre versiones preexistentes.

Ahora, como les comenté antes, el ADN contiene mucha información. Es el código necesario para crear un perro por ejemplo, o un árbol, o un humano. Y los animales que NO poseen una corteza cerebral basan todas sus acciones en la información proporcionada por el ADN. Su comportamiento es casi 100% “instinto”—obedeciendo la información que se les proporcionó desde su concepción mediante el ADN. Pero otros animales más inteligentes pueden aprender otras cosas, pueden almacenar nueva información obtenida durante el día a día. Por ejemplo, los lobos (y la mayoría de mamíferos terrestres) saben cómo caminar desde el día en que nacen, saben cómo chillar, y cómo tomar leche. Esa información está en su ADN. Pero un lobo cachorro no sabe dónde están los venados, o donde esta su nido. Esta información es es el resultado de la crianza, la cual es meramente circunstancial y en algunos casos puede hacer que un animal haga cosas increíbles—nada más pensemos en todas las cosas extraordinarias que hoy en día les enseñamos a los perros.

Y lo que es aún más importante, esta nueva información puede dominar algunas de las cosas que nos dice el ADN. Eso es lo asombroso de la corteza cerebral, puede desautorizar lo que nos dice nuestro cerebro reptiliano, y reemplazar esos comportamientos con prácticas útiles como la bondad, la curiosidad, la honestidad, y el buen carácter (las cuales suelen ser supremamente valiosas hoy en día). Sin embargo, desafortunadamente no hemos encontrado un sistema de alta fidelidad (como el ADN) para replicar toda esa información útil que aprendemos durante nuestras vidas. Puede que si le enseñemos a nuestros hijos algunas cosas, y muchas personas hoy en día lo hacen muy bien mediante libros y otros medios, pero mucha de esta información se pierde.

Aun asi, la escritura es probablemente una de las invenciones más importantes que han surgido de la humanidad. Es una excelente forma de transmitir información a futuras generaciones—tal como lo hace el ADN. Si la transmisión de información hizo tantas criaturas asombrosas en la Tierra con el pasar de los milenos, imaginense lo que pudiéramos lograr si se establecieramos un sistema que pudiera replicar (hasta el último detalle) TODA la información aprendida por los individuos más brillantes de nuestra civilización.

volver al contenido

Capítulo 12: ¿Será que estamos solos?

Este capítulo habla de la posibilidad de que haya vida en algún otro lugar del universo. En mi opinión es muy matemático y medio aburrido, entonces no voy a entrar en detalle. Además han habido muchísimos avances e hipótesis en este campo, entonces mejor los dejo que busquen en Google y encontrarán que la probabilidad de que estemos solos es muy [¡muy!] pequeña. Otra cosa es que no estemos mirando donde es (o como es). No estamos solos, es cuestión de tiempo que encontremos otras formas de vida inteligente. Leanse este artículo de Wait But Why sobre La paradoja de Fermi¹

volver al contenido

Capítulo 13: ¿Será que lo vamos a lograr?

Este capítulo cierra con otra perspectiva radical, pero a diferencia de la del Capítulo 1, se enfoca en nosotros mismos. Los humanos hemos estado rondando en la Tierra por unos 200 mil años, y no fue hasta la última décima del porcentaje de nuestra existencia que nos hemos dado cuenta que la Tierra no es plana. Esto se lo debemos a la ciencia, esto y prácticamente todos los avances de nuestra especie en los últimos dos mil años. Se puede decir que la ciencia fue inventada durante el despertar Jónico, pero sus efectos fueron saboteados por la religion y la esclavitud durante la edad media. Aun asi, nuestra curiosidad eventualmente nos liberó de las garras del misticismo—y una vez los europeos cruzaron el atlantico, la aventura y el descubrimiento inundaron nuestras vidas.

Un par de cientos de años después de que Colón zarpó hacia América ya habíamos inventado el telescopio, el microscopio, y muchos otros artefactos que incentivaron más preguntas y mas invención. Luego la revolución industrial en el siglo XIX—y la globalización ciento cincuenta años después. Ahora el internet… ¡Estamos aprendiendo exponencialmente!

Pero la preocupación de Carl en este capítulo es si tendremos la capacidad de evitar nuestra autodestrucción. Lo más probable es que Carl incluyó este capítulo porque el libro fue escrito en los años de la guerra fría, y en ese entonces un desastre nuclear era un miedo con el que se vivía día a día. Aun así, me parece que sus preocupaciones todavía son relevantes—siendo que no hemos podido aceptar los peligros del calentamiento global y no hemos podido eliminar al terrorismo.

Carl nos dice que una de las características que nos hacen tan buenos para sobrevivir es el hecho de que nos preocupamos por los demás. Este es un comportamiento que se lo debemos nuestro sistema Límbico (nuestro cerebro mamífero) el cual evolucionó precisamente por eso, nos ayuda a sobrevivir. El problema es que nuestro cerebro reptiliano aún está allí, y a veces entra en conflicto con nuestra tendencia a ser compasivos.²

Como les comenté antes, este complejo‑R es muy reactivo, y trabaja instintivamente. Es en esta región del cerebro donde pueden surgir la violencia y otras características que se podrían clasificar como “salvajes”. Y si se estimula lo suficiente puede resultar en catástrofes humanitarias—muchas de las cuales han manchado nuestra historia reciente. Hoy en dia todavia hay culturas en las que este complejo‑R es estimulado en los jóvenes mediante la violencia en las casas y el crimen en las calles. En estas culturas, la esclavitud, la tortura, la mutilación de enemigos, y la represión de las mujeres son prácticas comunes. Y lo que es más, estas culturas normalmente mantienen la creencia de que hay un ser (o seres) omnipotentes que intervienen con las actividades cotidianas.

Carl exhorta a todas las personas que lean este libro a que presten más atención a las cosas que nos unen y nos ayudan a progresar juntos. Dice que todo empieza con el amor a nuestros hijos y con la estimulación de su curiosidad. También nos cuenta que “la probabilidad de que una sociedad se vuelva violenta, siendo físicamente amorosa hacia sus niños y aceptando el sexo premarital, es del dos por ciento”.

Desafortunadamente en este momento los humanos parecemos estar más inclinados hacia las barreras, y nos gusta etiquetarnos y separarnos dependiendo de nuestra nacionalidad, nuestra etnia, nuestro estado social, etc. Pero estas barreras sólo previenen la unión y el amor necesario para erradicar comportamientos hostiles.

Este libro es único. La información que trae es alucinante—pero aún así es fácil de olvidar. La única razón por la que yo (hoy en día) estoy familiarizado con todo lo escrito aqui es por que desde que lo leí, me he sumergido en su contenido. He visto decenas de shows de televisión, podcasts, y artículos, que hablan del Cosmos y de nuestra historia—una y otra vez.

Al lector promedio de Cosmos se le olvidarán estas cosas en menos de un año—y apenas podrán hablar de su contenido de una forma abstracta, sin detalles, sin números, sin nombres. Pero si ustedes encuentran que este tipo de cosas le ponen la piel de gallina (como a mi), no sean como el lector promedio, involúcrense, lean y escriban más, rodéense del Cosmos—su hogar.

¡Pregunta!

Porque sera que tanta gente alrededor del mundo todavía cree en cosas como la superstición, los fantasmas, el horóscopo, el karma, etc. a pesar de que estas cosas siempre han fallado las pruebas científicas y de que jamás le han aportado nada útil a la humanidad? Pueden responder en los comentarios abajo o pueden twittear usando el #preguntacosmos.

¡Eso es todo amigos! Aquí tengo un par de frases y cosas curiosas por si les interesa. Un millón de gracias por leer, y no se olviden de leer más. Pero no lean libros solo para decir que los leyeron. ¡Lean conscientemente! Y escriban, ya que es la única forma de que lo aprendido permanezca sólido en la mente.

volver al contenido